domingo, 5 de mayo de 2013

Dos chicos

Llevaban meses hablando, pero ninguno era consciente de lo que estaban creando.

Todo empezó un día que caminaban solos, al rozarse las manos. Al momento las apartaron.

Volvieron a estar a solas, y volvieron a rozarse las manos. Esta vez más tarde las retiraron.

Cuando por tercera vez sus manos se tocaron, esa vez no se molestaron, ninguno de ellos, no las quitaron.

Lo que ocurrió la cuarta vez, para el atónito palpitar del corazón de ambos, fue que el roce aumentaron.

Para la quinta vez, los dedos se entrelazaron, los 'te quiero' a los ojos afloraron: el azul de los del uno, el marrón de los del otro, los colores ya no importaron; porque no eran dos, sino uno.
Y se deshicieron las palomas a su alrededor, los colores se secaron; los pisos derrumbados, desaparecido todo ser humano; el azul del cielo ya no se distinguía del de sus ojos, el hielo ahora era agua, la temperatura unos números, no más importantes aquellos que el reloj marcaba, que nada significaban.

Todo se había congelado, pero ya nada importaba: en ese entrelazar de manos, el principio de una larga historia se narraba.

sábado, 27 de abril de 2013

Página 13 - Extracto de 'El Eje Universal'


El Eje Universal de la Tierra de los Dragones

Fragmento del Capítulo V: Pesadilla

Mientras Evan volvía a dormir en paz tras pasar por una pesadilla, Leroy se despertó y relevó a Laila en su tarea de vigilancia.
-Tú descansa un poco, ya me encargo yo-la animó el muchacho.
-Intentaré dormir, aunque no prometo nada-contestó a modo de broma la joven.
Laila se acostó junto al resto del grupo y, aunque lo veía difícil, pronto cayó rendida al sueño. El cansancio había hecho su efecto. Stephanie sorprendió a Leroy mirándola con dulzura. Él acabó por percatarse de lo evidente que debía resultar para la mujer, y entonces dijo:
-Está tan bella dormida.
-Se nota que la quieres-observó Stephanie, que notó el cariño en la voz de Leroy.
Tras un breve silencio, él contestó:
-Más de lo que me hubiera podido imaginar jamás.

Reneé se decidió por Alan, que mantenía un sueño placentero y alejado de las pesadillas. No tendría ningún problema para convertirlo en el mayor de los infiernos. Se internó en su sueño y se encontró con Alan rodeado por dragones, muchos dragones. Quizá cientos de ellos. Eran de todos los tamaños y colores imaginables. Entonces, la malvada maga comprendió que Alan soñaba con ser el dueño de una enorme granja de dragones porque adoraba a esas criaturas aladas. De repente, supo la forma de hacerle daño: podía controlar a los dragones para que persiguieran a Alan y, cuando este tratara de escapar de ellos, crear un acantilado por el que pudiera caerse. Con los dragones no podría hacerle ningún daño, porque sólo los controlaría como si se trataran de una ilusión, pero una vez que Alan cayera por el precipicio, estaría muerto también en la realidad.
Se dispuso a poner en práctica sus maquinaciones, y los dragones empezaron a cambiar: dejaron de moverse repentinamente, cesaron cualquier actividad que estuvieran realizando y algo cambió en su mirada, que quedó vacía.
-¿Qué os pasa, porque no seguís volando y disfrutáis un poco más del campo?-preguntó Alan a sus dragones. Pero uno de ellos lo atacó de repente.
Logró esquivar el ataque porque venía de lejos, pero dos dragones más se le acercaron con la intención de golpearlo. Comprendió que algo extraño estaba pasando y huyó en dirección al acantilado que Reneé había creado, sin saber que era la muerte y no la salvación lo que le esperaba delante.
“Perfecto”, se dijo la maga, “todo está saliendo según mi plan. ¡Y ahora nadie podrá salvarlo!”.

Mientras Alan corría en sus sueños hacia una muerte segura, Leroy y Stephanie hablaban un poco sobre todo.
-Bueno, va siendo hora de que duermas un poco, ¿no crees?-dijo a modo de sugerencia el muchacho a la mujer.
-Quizás lleves razón: llevo toda la noche en vela. Creo que ahora sí me podré dormir-concedió la posadera-Y tú, ¿no deberías despertar a Alan y dormir un poco más?
Leroy echó un vistazo a Alan y, viendo lo plácidamente que dormía y sin poder advertir lo que ocurría en su pesadilla, se decidió por no despertarlo.
-Sólo quedan un par de horas: que las aproveche él-contestó el joven.
Stephanie se encogió de hombros y se unió al resto del grupo para dormir. Mientras Leroy pensaba en Laila, en sus poderes y en el viaje que estaban realizando, Alan se acercaba cada vez un poco más a la muerte.

Cuanto más corría Alan, más rápido volaban sus perseguidores alados. Empezaron a atacar con bolas de fuego, y las llamas inundaron el camino a ambos lados del chico, que temía por su vida como nunca antes lo había hecho. Entonces, avistó a lo lejos algo que lo dejó desolado.
Se trataba de un acantilado.
Un acantilado que pondría fin a su huida. Y a su vida, probablemente.
Primero pensó en dar repentinamente media vuelta y esquivar a las aladas criaturas, pero detrás de los que lo seguían de cerca había una horda de dragones que le cortarían el paso, ya que no dejaban ningún punto ciego por el que pasar. Sin ninguna otra opción, siguió corriendo hacia delante, viendo como el camino se iba estrechando cada vez más y desapareciendo a derecha e izquierda, dejando sólo un mortífero acantilado delante de él.
Los dragones se pararon cuando lo tuvieron acorralado, y Alan empezó a caminar hasta el borde del acantilado, atisbando un lejano suelo que estaba a punto de convertirse en su tumba.
En ese mismo momento, uno de los dragones escupió una gigantesca bola de fuego que le pasó de cerca, y un insoportable calor lo invadió. Reneé no podía quemarlo de verdad, pero si podía crear la ilusión de que la bola de fuego ardía realmente y había calentado el ambiente. Con intención de que Alan se precipitara al vacío, la hechicera hizo colocarse a uno de los dragones frente al joven, y le lanzó una enorme aglomeración ígnea en forma de bola.
Alan, sin más remedio, saltó del acantilado para evitar el impacto del fuego. Cerró los ojos mientras sentía el cortante aire pasando por su cara, por todo su cuerpo. Se le derramaron algunas lágrimas mientras se producía la mortal caída. Todo había llegado a su fin.

martes, 23 de abril de 2013

Página 12

De qué es leer y cómo viajar a otros mundos (parte II)

Aprovechando que hoy es San Jordi, el Día Internacional del Libro, voy a continuar con una de mis primeras entradas. Y cómo no, una página de este 'diario' escrita hoy, de libros tenía que tratar. Es tradición regalar un libro este día, pero ya que eso no va a ser posible a estas horas...¿qué tal si al menos os regalo unas líneas originales mías?

Cuando leemos, ocurre lo mismo que cuando escuchamos música: nos olvidamos del mundo que nos rodea durante unos minutos (o más que minutos, si nuestra ajetreada vida nos lo permite y el libro nos incita a ello), construimos alrededor nuestro el paisaje que se nos va describiendo, la ambientación más en general, los personajes... Todo al que le guste la lectura (y apuesto a que, si estás aquí, es porque te gusta) me entenderá si hablo de esas ganas de devorar, esa fuerza que te empuja a quedarte despierto un 'ratito' más, a salir de casa un poco más tarde, a dejar ese juego para mañana, todo con tal de saber algo más, probablemente algo sin lo que no puedes irte a hacer otra cosa tranquilo. Yo mismo no soy de los que devoran cada libro que tocan (para empezar, porque no suelo tener tiempo para hacerlo), pero con Los juegos del hambre no hubo impedimento alguno capaz de pararme, ni mucho menos el sueño. Creo que todos tenemos ese libro (o libros) que nunca olvidaremos, y que sabemos que vamos a volver a leer (y más de una vez) a lo largo de muchos años; bueno, o lo tenemos o estamos por encontrarlo. 

El caso es que darle tiempo a la lectura es invertir en muchas cosas: relajarte, conocer palabras nuevo, enamorarte de algún que otro personaje (véase Peeta en Los juegos del hambre), inspirarte...éstas son solo algunas de las consecuencias que tiene leer. Y es que es un placer, después de un día agotador, tener un rato para dedicárselo a tu libro. Y digo 'tu libro' porque haces cada libro, cada historia, cada protagonista, cada personaje y cada hecho completamente tuyos, dándole forma en tu mente con las herramientas que el escritor ha puesto en tu mano.

Y vosotros, ¿cómo empezasteis a leer? Por mi parte, tengo un precioso recuerdo de cómo mi madre y yo leíamos cada noche en mi cama un par de cuentos de un libro realmente grueso, pero también lleno de dibujos. Y debía de tener unos 3 o 4 años. Aunque claro, leía con ayuda...hasta que empecé a enamorarme de los libros por mí mismo. Y eso es algo que, si algún día tengo hijos, pienso mostrarles: el amor por un buen libro.

Poco más queda por decir acerca de esto. No me puedo despedir sin agradeceros vuestro apoyo...¡el blog se acerca cada vez más a las 1.000 visitas! También quiero decir que pronto subiré una nueva entrada con un par de páginas de mi libro, así que no perdáis de vista el blog...
                            

...¡y soñad!

lunes, 15 de abril de 2013

Página 11

De Eurovisión

¡Buenas a todos! Llevo un par de semanas muy liado, pero por fin vuelvo a encontrar el tiempo para escribir por aquí, y ya tenía ganas. Para esta entrada, escojo un tema un poco diferente a los anteriores. Hasta ahora había hablado del amor, la amistad y otros temas profundos de la vida en general. Pero hoy empezaré a tratar otras cosas, digamos, más 'de actualidad' (atentos, ¡ahí sale mi vena de periodista!). Y mientras leía un artículo del tema por internet, a falta de prácticamente 1 mes para Eurovisión, he pensado que éste es un buen tema.

El Festival de la Canción de Eurovisión (Eurovision Song Contest) existe desde 1956, y España solo lo ha ganado dos veces: en 1968 (con el La la la de Massiel), y el 1969, cuando hubo un empate a la cabeza de la tabla de votaciones entre cuatro países, y como no debían tener nada por el estilo previsto, tuvieron la súper genuina idea de nombrar a los cuatro ganadores (sonido de aplausos a la ingeniosa solución). Pero más que hablar de la historia del Festival, voy a centrarme en los últimos años del mismo, y en por qué España queda en los puestos en los que queda. Espero que unos cuantos años de experiencia con él me ayuden a explicar cosas que no suelen estar muy claras.

Para meternos en materia, tengo que desmontar eso de 'los del este siempre ganan'. No hay más que ver que los ganadores de los últimos años han sido de lo más variopintos: Suecia, Azerbaiyán, Alemania, Noruega, Rusia, Serbia, Finlandia, Grecia... (en orden cronológico inverso, del 2012 al 2005). ¿Que algunos países del este se votan entre sí? Pues vale. Igual que sabemos que Portugal y Andorra seguramente nos vayan a dar los 12 puntos (si participan, cosa que no pasa este año...por desgracia). Pero no solo de puntos de los vecinos se vive. Por supuesto que hay favoritismos muchas veces en Eurovisión, pero simplificar y decir que 'eso es todo política' es tontería; vamos, si no tienes ni idea de qué va la cosa y no te gusta Eurovisión, puedes pensar eso. No es que el sistema de votos sea justo, pero es un entramado de factores tan interesantes como variables.

¿Puede ganar España el Festival? La respuesta es: Eurovisión es algo muuuy imprevisible. El año pasado estaba bastante claro que Loreen con su Euphoria iba a llevarse el triunfo a Suecia, pero por ejemplo, no muchos daban a la alemana por ganadora en 2010. 
¿Qué te hace ganar Eurovisión? Son muchas cosas las que entran en juego aquí. Para empezar, tener vecinos que te den 12 puntos ayuda, pero ni de lejos lo es todo. La canción que lleves influye, lo mismo que el intérprete. Si quieres ganar, es buena idea llevarla en inglés, si bien yo defiendo que países como el nuestro, Francia o Italia (con idiomas preciosos) defiendan un tema en su propia lengua, y ya en 2007 Serbia ganó con una canción en el idioma nacional. Luego está la puesta en escena: si la actuación entra por los ojos, más gente se va a acordar de ti en las votaciones, y España no suele destacar en esto. 

Una cosa que sí está haciendo bien nuestro país es enviar canciones más bien pop, porque de repente se lleva enviar temas dance a Eurovisión. Y esto tiene que ver con la bajada de nivel que está teniendo el concurso últimamente; que Loreen llevara un pedazo de canción de ese género no significa que todo el dance sea bueno, ni que vaya a volver a ganar un tema del estilo. 
Son tantas las cosas que da para comentar este tema, que ya seguiré en otra entrada cuando se acerque el Festival (Semifinales: 14 y 16 de mayo / Final: 18 de mayo), hablando de para qué sirve y también de la edición de este año. Pronto me tendréis por aquí, volviendo a mi estilo más literario y escribiendo como hoy también, con un estilo más periodístico. Mientras falte, sabed que estoy trabajando en un nuevo libro con toda mi ilusión, y espero que ese proyecto salga genial y lo pueda compartir con vosotros pronto. Os dejo con una de las mejores actuaciones de Eurovisión (simple, efectista y fuerte).
¡Sonreid! Y nunca, nunca, dejéis de luchar por cumplir vuestros sueños :)

domingo, 31 de marzo de 2013

Página 10

De qué hacer cuando te rompen el corazón

Creo que la mayoría hemos pasado por algo así, y sabemos lo poco agradable que es. Lo primero que tenemos que hacer es tener las cosas claras, pensar si merece la pena luchar más; una vez que sepamos eso, si por desgracia la respuesta es 'mejor dejo de luchar y de hacerme más daño'...pues no tienes más que seguir leyendo.


Una de las cosas más importantes es saber cuándo hay que estar solo y cuándo no. Quiero decir, es perfectamente comprensible querer pasar algún tiempo solo y enfrentarte a tu propia manera a algo así de doloroso, pero también hay momentos en que los amigos ayudan como nadie. O bien porque son los mejores psicólogos, o bien porque son los mejores magos: hacen que durante unas cuantas horas tus problemas desaparezcan de tu cabeza por completo. Por supuesto, al principio pensarás más de lo que deberías en ello, pero eso es normal. También lo es hablarlo con tu mejor amigo, quizás con tu madre, o con quien te apetezca hacerlo. El caso es elegir pocos confidentes, y elegirlos bien. Alguien que, aunque vayas a 'desnudarte' al hablar en un momento de fragilidad, sea una tumba y sepa entenderte como si fuera a él a quien le hubieran partido el corazón.


El contacto humano es de lo más importante. Pero, ¿dónde te refugias tú solo? Pues eso es lo bueno, las opciones son muchas. Porque una canción te puede levantar el ánimo en más situaciones tristes de las que piensas. La música amansa a las fieras, sí, pero también duerme tus demonios, despierta los duendes que llevas dentro y te llena de vida. Da igual que sea una canción de amor con la que nos identifiquemos totalmente (soltar unas lágrimas de vez en cuando no hace ningún daño) o una de lo más animada, que nos transmita su ritmo y lo convierta de paso en nuestro estado de ánimo. 


Lo mismo pasa con un buen libro, de cuyos personajes podemos caer completamente enamorados y cuyas historias nos pueden alejar de la propia. O con una película (¿quién no ha salido alguna vez del cine, o del salón de casa, o de su portátil, con ganas de parecerse al protagonista de alguna película que le haya llegado a los más profundo?) o una serie (que nos permiten ver cómo sus personajes evolucionan, y, a veces, sufren como nosotros, con lo que nos podemos identificar con ellos). Escribir es otra buena vía de escape, así como el deporte: después de un buen partido de baloncesto o una hora de bicicleta, uno se da una buena ducha y parece una persona nueva. Hasta se piensa con más claridad.

Lo dicho, opciones hay muchas. Y nuestras fuerzas y debilidades están en nosotros mismos. Porque a veces somos nuestro peor enemigo, pero también podemos ser lo contrario. Cada uno es lo fuerte que quiere, dentro de que en la vida a todos nos van a pasar cosas buenas y cosas malas. Y yo sé que tengo unos lectores más fuertes que una piedra, así que...¡no me decepcionéis...!


¡...y soñad!




martes, 19 de marzo de 2013

Página 9 - Divergente, de Veronica Roth

Estados Unidos. Un futuro lejano. La ciudad en la que vive Beatrice Prior está dividida en cinco distritos: osadía, erudición, cordialidad, abnegación y verdad; respectivamente, los valientes, los inteligentes, los pacíficos, los altruistas y los sinceros. Beatrice es una joven de dieciséis años de abnegación, simplemente porque sus padres viven allí, donde ella y su hermano nacieron. Sin embargo, rodeada de abnegados que parecen serlo por naturaleza, ella no termina de encajar en un mundo tan amable y falto de carácter.

Cuando los jóvenes de cada facción llegan a la edad que tienen tanto Beatrice como su hermano Caleb (con el que solo se lleva nueve meses), tienen que acudir a la Prueba de aptitud, donde pasan a través de una simulación que les dirá a que facción deberían ir. Pero quienes toman la decisión final son ellos: quedarse en su facción, teniendo que vivir el resto de sus vidas bajo los principios de la misma y en el seno familiar, o cambiar de facción, lo que no solo supone un nuevo mundo, sino que también significa perder a tu familia y amigos para siempre. 

'La facción antes que la sangre' y 'una elección puede transformarte' son dos de los lemas de esta obra, y logran representarla perfectamente. Después de la elección de una facción (no me permitiría nunca desvelar nada importante, porque odio que me revienten un libro/serie/lo que sea), Beatrice conocerá a Cuatro, instructor para su iniciación, y desde ese momento se desatarán una serie de acontecimientos que nos mantendrán atrapados y nos harán no parar de leer hasta llegar a la segunda entrega de la saga, Insurgente, a la espera de una tercera.

Mi opinión es que, si te has leído Los juegos del hambre y te han gustado, este libro también lo hará. El estilo es similar, pero es una historia llena de matices. Unos matices particulares, únicos, que lo diferencian de las novelas de Suzanne Collins. No puedo compararlas, porque la aventura que protagonizan Katniss y Peeta constituye mi libro y saga favoritos, pero Divergente tiene personalidad, tiene una historia para hacerte pensar, tiene realismo (dentro de una sociedad distópica del futuro), tiene amor, tiene acción...en pocas palabras: lo tiene casi todo para darle el éxito a su debutante escritora.

Por mi parte, poco más. Deciros que leáis mucho, siempre que podáis (no paséis ni un día sin un libro entre manos, aunque no le podáis dedicar medio día), y os dejo ya con la canción de esta entrada, que además, le pega mucho a la saga Divergente. Hasta que nos leamos otra vez...


...¡soñad! :)

domingo, 10 de marzo de 2013

Página 8

Del amor y de saber cuándo merece la pena

Vivimos una época en la que se ha perdido muchísimo el romanticismo. Salir a ligar sabiendo que si no llevas las expectativas altas vas a 'pillar', besar al primero que se deje sin pensar que un beso sí que significa algo, tener que encontrar a alguien sin ni siquiera pararnos a preguntarnos '¿realmente lo necesito?'...Creo que todo esto merece la pena explicarlo un poco mejor, y de eso va a ir la página de esta semana. 

Algunas veces es porque los amigos a nuestro alrededor encuentran alguien con quien estar (hablando en sentido amoroso), otras simplemente por necesidades. Pero, ¿siempre nos hace bien tener pareja? Yo digo que si tienes novio o novia, tiene que ser para estar mejor de lo que estarías sin él o sin ella. Es una parte de la vida; una parte importante, pero no la única, y menos a ciertas edades (aunque otras cosas como los amigos han tenido siempre importancia, la tienen ahora y la seguirán teniendo). El amor es algo genial, y precisamente por eso, creo que habría que saber ver cuándo realmente sentimos algo así.

¿Cómo saber que merece la pena? Es muy simple: empiezas sintiendo ese cosquilleo tonto y te das cuenta de que te gusta; una vez que conoces a esa persona, la sensación sigue; y si todo sigue adelante y queréis salir, cada noche te acuestas un poquito más feliz, y por la mañanas te levantas con más ganas. Cuando conoces a alguien muy bien, lo que suele pasar en una relación, vas a encontrar cosas que te gusten más y cosas que te gusten menos, pero si por la noche te vas a dormir contento, con una sonrisa tonta al recordarle, está bien. Ahora, si una relación no te da más que peleas, dolores de cabeza, complicaciones, celos, amigos perdidos...y tristeza en general, deberías empezar a pensar si tú eres feliz con ella, y replantearte las cosas.

Todo esto me viene a la mente porque creo que, aunque todos tengamos momentos en los que necesitamos a alguien abrazándonos y diciéndonos 'te quiero', he visto con mis propios ojos que es mejor ser fuerte y saber esperar aquello que nos merecemos, en lugar de echarnos novio o novia porque sí, para 'salir del paso', aunque creamos desde el principio que no es algo que nos vaya a llevar a ningún sitio. Espero no haberme expresado mal: si tienes esa sensación, esa especie de intuición que te dice 'lánzate', ¡hazlo! Y si crees que debes conocer a una persona antes de nada, o simplemente darle una oportunidad, haz lo que te digan el corazón y el instinto (sin olvidarte de escuchar al cerebro de vez en cuando, tomando sus útiles consejos pero sin dejar que te saboteen los nervios ni nada por el estilo). El caso es que, cuando encuentres a la persona adecuada para ti, volverá a recorrerte el cuerpo esa sensación que seguro que ya conoces (como una descarga de electricidad que te recorre el cuerpo, te pone nervioso y al mismo tiempo de hacer estar más a gusto y sentirte con más ganas de comerte el mundo), y el día que se la despiertes tú mismo a esa persona, te alegrarás de haber esperado a que pasara el tren adecuado.
Por hoy nada más: no odies nunca, ama siempre que puedas, y sigue leyéndome ;) 

                                                                        
¡Soñad!